El Centro Niemeyer ofrece a sus visitantes, por primera vez en Asturias, la posibilidad de contemplar dibujos y esculturas de algunos de los artistas más reconocidos del siglo XX a través de la exposición de la Fundación ICO titulada “Dibujar y esculpir en el espacio. Colecciones ICO”. Entre el 23 de junio y el 24 de septiembre los visitantes del complejo cultural avilesino podrán apreciar cómo los artistas transfieren una idea a una superficie bidimensional de papel que, posteriormente, adquiere su forma escultórica tridimensional.
Miquel Barceló, Eduardo Chillida, Salvador Dalí, Antoni Gauidí, Juan Gris, Joan Miró, Jorge Oteiza, Pablo Picasso o Antoni Tàpies son algunos de los autores de las 83 obras que se podrán ver expuestas en la Cúpula del Centro Niemeyer gracias a la colaboración con la Fundación ICO.
El siglo XX supuso un punto de inflexión en la escultura a través de una doble vertiente: por una parte, el uso de nuevos materiales y, por otra, el recurso de fuentes de inspiración distintas de la tradición clásica occidental. De esta forma la escultura pasó pronto a convertirse en una pieza de arte autónoma, repleta de expresividad.
Sin embargo, esta transición en la concepción de la escultura no fue un proceso lineal ni único sino que dio pie al nacimiento de diversas corrientes artísticas. A través de la exposición “Dibujar y esculpir en el espacio. Colecciones ICO” el visitante puede ser testigo de los drásticos cambios sufridos por esta manifestación artística a lo largo del siglo XX.
Por otra parte, la exposición ofrece un significativo valor añadido al combinar la escultura con el dibujo, de tal modo que se hace posible contemplar el proceso de creación desde su fase bidimensional (el boceto del autor en un papel) a su forma final, la propia escultura tridimensional.
Así, la exposición muestra la evolución de la escultura desde representantes del Noucentismo como Manolo Hugué, con una escultura de una figura femenina que muestra su gusto por los recortes rotundos, o Pablo Gargallo; hasta los españoles en la Escuela de París, como Julio González o Juan Gris, sin olvidar a Pablo Picasso, Salvador Dalí o Joan Miró, todos ellos artistas imprescindibles de los movimientos clave de ese periodo vanguardista como el cubismo o el surrealismo. El informalismo de Antoni Tàpies o las obras metafísicas de Jorge Oteiza suponen un escalón más en esta evolución de la escultura.